Mis ojos de ciego, ya fueron testigos,
de muchas historias de guapo y cuchillo.
En torno a esta mesa, en rueda de amigos,
les contaré una que llevo conmigo.
de muchas historias de guapo y cuchillo.
En torno a esta mesa, en rueda de amigos,
les contaré una que llevo conmigo.
Ocurrió una noche en un porteño barrio;
farol y empedrado fueron escenario.
Tenue luz que alumbra una esquina cualquiera,
por un desacuerdo, nace la pelea.
por un desacuerdo, nace la pelea.
Un ritual antiguo, una muerte nueva,
solo dos actores comparten la escena,
sin cruzar palabra, en duelo de fieras,
trabarán su lucha con una fe ciega.
solo dos actores comparten la escena,
sin cruzar palabra, en duelo de fieras,
trabarán su lucha con una fe ciega.
Un único absurdo y dos sinrazones,
cosas de arrabal, cosas de varones,
Tal vez lo soñé, pero era corriente...,
por una pollera mataba la gente.
Iban hacia el baile cuando se encontraron,
y estalló la ira cuando se miraron.
Un espanto frío les heló la espalda,
estaban vestidos… ¡Con la misma falda!
En tiempo de cambio, de nuevos valores,
malevos modernos no usan pantalones.
Se pintan los labios, ya no van de traje,
pero por adentro, el mismo coraje.
El Taura Manuela, temido en Barracas,
Brigitte El Francés, reina de Pompeya,
para ellos la muerte es un mero accidente,
tributo al honor del hombre valiente.
Tal vez lo soñé, pero era corriente...,
por una pollera mataba la gente.
Iban hacia el baile cuando se encontraron,
y estalló la ira cuando se miraron.
Un espanto frío les heló la espalda,
estaban vestidos… ¡Con la misma falda!
En tiempo de cambio, de nuevos valores,
malevos modernos no usan pantalones.
Se pintan los labios, ya no van de traje,
pero por adentro, el mismo coraje.
El Taura Manuela, temido en Barracas,
Brigitte El Francés, reina de Pompeya,
para ellos la muerte es un mero accidente,
tributo al honor del hombre valiente.
Ya han desenvainado, es detalle apenas
que en vez de cuchillos, empuñen tijeras
El acero rasga de la tela el alma,
dejando una corta y audaz minifalda.
Dos tajos responden dejando su impronta,
la blusa del otro queda manga corta.
Alfiler de gancho, el puntazo justo,
entallan de atrás resaltando el busto.
Hilo y agujas en recia actitud
profanan la tela con un canesú.
Los guapos se estudian, ya no son los mismos,
músculos desnudos, - ¡Te queda divino!
Lo que prometía violencia y crueldad,
transformó la lucha en viril amistad.
Guardan las tijeras, ya no hay más reproche...
se dan un besito en mitad de la noche.
Los dos compadritos, rajando tamangos,
se van entre risas y algunos grititos
rumbo a la promesa de un patio de tango.
Un bandoneón que gime su triste lamento,
nos llora su pena… o su aburrimiento
Buenos Aires guarda historias de pasiones y locura,
de rencores y amistad, de malevos y costura.
Me pierdo en su laberinto, buscando la madrugada,
difícil será encontrarla, está oscuro y no veo nada.
R.L. Abril/2009
que en vez de cuchillos, empuñen tijeras
El acero rasga de la tela el alma,
dejando una corta y audaz minifalda.
Dos tajos responden dejando su impronta,
la blusa del otro queda manga corta.
Alfiler de gancho, el puntazo justo,
entallan de atrás resaltando el busto.
Hilo y agujas en recia actitud
profanan la tela con un canesú.
Los guapos se estudian, ya no son los mismos,
músculos desnudos, - ¡Te queda divino!
Lo que prometía violencia y crueldad,
transformó la lucha en viril amistad.
Guardan las tijeras, ya no hay más reproche...
se dan un besito en mitad de la noche.
Los dos compadritos, rajando tamangos,
se van entre risas y algunos grititos
rumbo a la promesa de un patio de tango.
Un bandoneón que gime su triste lamento,
nos llora su pena… o su aburrimiento
Buenos Aires guarda historias de pasiones y locura,
de rencores y amistad, de malevos y costura.
Me pierdo en su laberinto, buscando la madrugada,
difícil será encontrarla, está oscuro y no veo nada.
R.L. Abril/2009
Etiquetas: Poemas
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